El Infierno ha alcanzado su tamaño máximo en las profundidades del planeta y ya no puede ser contenido por más tiempo. Hordas de diablillos, demoníacos violadores, ladrones de ánimas, condes, barones y príncipes están libres en nuestro mundo. El fin de nuestras almas está cerca… ¡sin embargo Dios aprieta pero no ahoga! Ha mandado a sus ángeles, carne de su carne, para detener la invasión y salvar a sus hijos humanos. Ahora la humanidad está en las aguerridas manos de Angelica, quien dará su cuerpo y su sangre por todos nosotros. Sufrirá lo indecible por un bien mayor, por proteger la obra de su padre.
Aughust Hershel es veterano exorcista y de los mejores del Vaticano. Décadas de experiencia, centenares de demonios exorcizados, miles de almas humanas salvadas, una carrera ejemplar. Son embargo, incluso el hijo más valiente de Dios tiene debilidades y fracasos. Hace treinta años no pudo derrotar a una temible entidad, la cual escapó causando males a su paso, y parece ser que ha regresado a su vida con ganas de venganza y torturas. Para mayor desgracia, ya no es ese hombre del pasado, ese soldado de la Fe que se enfrentó a su perversión, porque ahora es un anciano de setenta años. Su espíritu es inquebrantable y su mente sabia, pero su cuerpo ya no lo es. Aún así rendirse ante el Mal nunca fue una opción.
En una aldea rural de Connecticut, la familia Martin fue arrastrada a la desesperanza en el momento en que su hijo fue poseído por un demonio. Dos sacerdotes acudieron a la residencia para realizar un exorcismo… pero los resultados fueron nefastos. Años más tarde, uno de ellos aún es acosado por las pesadillas y los errores de esa noche, tentado a abandonar a Dios. No obstante los caminos del Señor son inescrutables y le permiten la posibilidad de la redención. Sin compañero, sin la autorización del Vaticano, sólo determinación y anhelo de justicia divina, el sacerdote regresará a la granja para terminar lo que empezó. Después de todo el Mal aún acecha en ese pueblo de Connecticut, las almas atormentadas deambulan, los demonios están a la caza y tipos sospechosos se reúnen en misas negras. El Diablo es perseverante pero no invencible, y ahí estaremos para detenerle.
Años 80, La India (o Bharat para los constitucionalistas), la joven Kamla se casa con un hombre de buena familia, la música de la época es buena y todo parece bonito en su vida. Un año más tarde está enloquecida, furiosa, corre por los pasillos, grita en la oscuridad y asesina a los sirvientes. Algo malo ocurre en esa hacienda, sin duda. Tras meditarlo, la familia llega a la conclusión de que es el momento de llamar a un sacerdote, pero no a uno cualquiera, sino a un exorcista especializado en el Tantrik, una variante del arte de la magia negra. Un ritual tan peligroso que se debe realizar al lado del fuego secreto y reunir distintos objetos de gran utilidad para garantizar el éxito. ¿Podrá cumplir su misión, sobrevivir y ayudar a la desdichada Kamla?
La letra con sangre entra, eso decían los abuelos, Goya y demás personas educadas con severidad. En ocasiones la letra causa tanto dolor que no queda lección, sólo castigo. De esta cruda realidad es consciente la señora McDonald, quien envió a su hija Jamie a un prestigioso internado religioso. El colegio es estricto y se enseña mucho, desde matemáticas hasta teología, aún así las estudiantes caen enfermas. Muy a menudo. La señora McDonald recibe una carta del colegio para avisar de que su hija está pachucha, de que la recoja y se la lleve a casa. El camino es complicado, tiene un accidente automovilístico bajo la lluvia, la noche es oscura y, tras la caminata, se topa con el inesperado hecho de que el colegio está vacío y no encuentra a su hija. ¿Vacío?, ¡no! Una espeluznante monja la acecha en todas partes, con cuchillo en alto y lamentos indescifrables. Una monja con un hábito anclado en siglos pasados, con sangrantes cuencos orbitales, una Santa Lucía asesina y a su vez asesinada. Un tormento latente en su cuerpo y en ese colegio. Secretos del pasado y pecados de todo ser humano. Como dijimos, la letra con la sangre entra, pero con dulzura y amor se enseña mejor. Sobre todo la palabra de Dios.
Cuando la joven Holly Beltran decidió asistir a un memorial religioso en el convento de Santa Idelora no se imaginaba que acabaría luchando por su vida. El sacro edificio es muy antiguo, escuetamente decorado y con mucha historia entre sus cuatro paredes, pero también resulta siniestro. Iconografía religiosa del pecado y de santos, de castigos terrenales y recompensas celestiales. A día de hoy casi nadie siente desasosiego ante los frescos y vidrieras de un viejo convento católico… pero será Holly quien pasará una temporada en este lugar, no esos descreídos sin miedo.
No estará sola ni aburrida, pues estará acompañada por las hermanas residentes, la estricta madre superiora y otras chicas del lugar… así como por sus pesadillas. Entre las sombras arquitectónicas de las celdas y de la capilla merodean estatuas ajadas, deterioradas y abandonadas. Estatuas de santas y mártires, como Santa Rita la fundadora o Santa Isadora, la santa entre santas. Oscuros secretos esperan a ser desempolvados. Pecados centenarios, maltratos y castigos a niños y desfavorecidos. ¿Qué es lo que diferencia a una santa de una pecadora?
Vives en una cabaña en el bosque, alejado de la civilización. Eres feliz porque vives en la naturaleza y estás casado, pero tu mujer es un cadáver clavado en la pared. El cuerpo no pierde la compostura pero sí la piel, pues se está pudriendo y perdiendo frescor. Debes conservar su eterna belleza, bella para ti. La belleza sólo puede ser salvada por la belleza superlativa, y no hay nada más pura y bella que una ardilla. Toma la escopeta y caza ardillas durante cinco días. Después protege a tu esposa con el pellejo animal, así se conservará bien. Despelleja bien a esos escurridizos animales y clava su piel peluda en tu esposa descompuesta. Cada día recibes útiles lecciones para cazar ardillas normales y ardillas mutantes, para pasear por el bosque y reunir puntos. No olvides que Dios vendrá el quinto día, Dios nos quiere ver. ¿Dios misericorde o Dios Vengativo? ¿Dios a imagen de los humanos o Dios a imagen de las profundidades de la existencia inmaterial? La llegada de Dios será anunciada con música celestial y el tejido de la realidad se distorsionará, ya nada será igual. ¡Prepárate para el quinto día y buena suerte!
“Susan, estás sola en el mundo. No tienes familia ni amigos, ni esperanzas ni ganas de vivir, sólo felinos negros que corretean por tu deprimente piso. Acaricias la idea del suicidio cada día, de conocer el fin de tus días, sabiendo que tu ausencia no afectará en nada a la sociedad. ¿A quién le importa las emociones de la solterona Miss. Ashworth, cuarentona sin remedio? Sin embargo… incuso para tí hay una truculenta esperanza. A tu mediocre ciudad han llegado los Cinco Parásitos, cinco psicópatas que causan el Mal a cada paso que dan. ¡Rápido, Susan, tarde o temprano irán a por ti! ¿Podrás acabar con ellos, sacrificar tu propio cuerpo y mente para un bien mayor? Por algún motivo sólo tú puedes detenerles, pero si no haces nada útil serás una cobarde víctima… como todos”
El argumento era áspero y directo: miles de niños desaparecen de las calles, raptados por mafias y sustraídas de su entorno de pobreza y abandono. Unos destinados para proveer órganos vitales, otros vendidos como mano de obra esclava y finalmente otros condenados a la prostitución. Nuevas generaciones cortadas de raíz para satisfacer a la enfermedad de los ancestros generacionales.
Un día cualquiera, en un colegio cualquiera del desconocido distrito de Ulaanbaatar, una niña es secuestrada y a nadie le importa. No es la primera y no será la ultima, pero tiene una oportunidad para escapar. Gracias a los apuntes, advertencias y pintadas en las paredes de otros niños raptados buscará la salida para escapar a la calle. Las amenazas son constantes, puesto que no ha sido secuestrada por un mindundi vagabundo sino por una organización de seres horribles corrompidos en cuerpo y alma. Seres sin rostro, seres de extremidades largas, seres deformes y seres con bata pero sin escrúpulos.
Una pesadilla de torsos humanos que se retuercen sobre sí mismos, enormes ojos saltones que miran directamente al jugador, colores enfermizos, cristales rotos, crucifixiones, clavos y óxido, el sonido del vacío del alma acompañado por partituras noisecore, la música del ruido y la dentera.
La Dama es una mujer cualquiera, una que sufre por dentro y no lo expresa por fuera. Su vida está condicionada por la ansiedad y la depresión, quizá pueda reconducir su existencia en ese gran viaje alucinógeno que le aguarda. Caminatas atufadas de versiones rotas de sí misma, alucinaciones grotescas que distraen a la Dama de su objetivo vital, perversiones de su propia carne y reflejos distorsionados de su imagen. ¿Cuál de ellas es la original y cuál es la copia?
Equipado con un medidor de electricidad estática y cachivaches varios, nuestro protagonista se adentra en escenarios no muy grandes tras las señales y susurros de los espíritus. Seres atormentados que nos indican lo que debemos o no hacer, como una pareja sentimental controladora, y nos piden ayuda para desvelar el misterio de sus vidas humanas pasadas. Somos testigos de escenas ectoplásmicas, de sus desgracias en vida y de su paso por los escenarios del juego. Esos seres son de buena onda pero también existen algunos fantasmas hostiles a los que habrá que asustar con la electricidad.
Te encuentras dentro de un templo olvidado, de gran altura, escasamente iluminado y húmedo por un riachuelo artificial. Crees estar solo pero no es así… Una colosal criatura de anaranjados ojos y dentata mandíbula se presenta ante ti y te encomienda una ambigua y desconcertante misión: “acabar con la entropía y no alimentar al mundo con tu sangre”. Sales al exterior, a un tranquilo mundo donde apenas viven seres vivos, un lugar innecesariamente silencioso, un mundo después del mundo. Quizá suenen bellas melodías pero es posible que no exista un cielo sobre nuestras cabezas. Quizá sí exista un firmamento pero sólo sean negrura infinita o indescriptibles mensajes tallados en otros idiomas. No repican las campanas ni suenan los grillos, pero la música muta igualmente, a veces como acordes bucólicos y a veces como sintetizadores abstractos como el canto de un serafín. Paseos por este mundo ajeno al mundo y conoces a enigmáticos individuos con problemas, a criaturas con hambre, sed y soledad, sintientes seres asfixiados por sus ambiciones. Desgraciados que no pueden morir, estudiosos que anhelar inventar la inmortalidad, gente que sólo quiere tomar una sopa de tomate, gatos hambrientos, pescadores aburridos de la inmortalidad, esqueletos deformes aficionados a la pintura, padres modélicos ausentes y torsos vivientes dadores de nefastos consejos.
Estoy en la recepción de las oficinas, suena una agradable melodía (el preludio de la suite para violonchelo número 1 de Bach para ser más exactos) en el hilo musical, esperando pacientemente mi turno. ¿Turno para alguna cita burocrática, para una revisión médica, para recoger cenizas y despedir a alguien para siempre? Lo desconozco, ¡mas heme aquí esperando! Tras una eterna espera soy recibido por El Operador, una entidad que no es de este mundo y nunca lo será. Me conduce por tranquilos pasillos y por calmadas estancias. No tengo miedo ni temo al destino, porque siempre supe que éste sería mi destino, el de todos. Es la hora de ascender… ¿cómo?, ¡¿no hay nada para mí ahí arriba?!, ¡no puede ser!
Entiendo… El Operador me ha facilitado instrucciones, sencillas en apariencia pero seguramente ambiguas, al otro lado el teléfono. No se me niega la ascensión pero primero debo aprender y reflexionar. No hay problema, estas oficinas parecen frías, banales, profesionales y resguardadas de los peligros de la realidad y del tiempo. Espera… ¿esto es el sótano de Dios?, ¿Por qué estoy en el sótano de Dios? ¡Soy buena persona, merezco estar en el ático de Dios! ¿Por qué está todo tan oscuro?, ¿qué se supone qué es “Lo Extraño”, por qué no puedo tocarlo ni entablar contacto visual?, ¿se ha movido el personaje de ese cuadro de la pared?, ¿por qué tengo tanto miedo, por qué me acuerdo (ahora) de mi abuela?, ¿Quién es mi creador, es mi padre, es Dios… es Erebu?
Sucia noche que me envuelves, que vigilas mi espalda mientras trabajo de manera indigna por mugriento dinero. Aquí estoy, olvidado en la frontera entre dos países, con un cargamento ilegal de cintas de VHS prohibidas con inmoral material grabado. Deseo adentrarme en el bosque y fotografiar una exótica ave que aún no he conocido. Aún no ha llegado el nuevo día pero debo prepararme para un miserable asesinato de un indeseable cualquiera en la parte trasera de una cafetería. ¿Tres anhelos, tres personas? Esta lúcida pesadilla nunca termina…
Nuestro traficante del ignoto saber quedará atrapado en la clásica ciudad decadente que todos conocemos o vivimos. Un lugar oscuro, gris, mugriento y deprimente, con grises habitantes con ganas de hablar, con individuos que mutan en flores desagradables, horribles personas con secretos y conocimientos. Cafeterías solitarias de almas abandonadas, hoteles destartalados con desgraciados sufridores, paseos interminables por las calles de la ciudad a bordo de un viejo coche, un sueño lúcido que se repite una y otra vez.
Todo comenzó con un accidente de coche en el campo dejando a la joven conductora al borde de la muerte. Se le acercó una lugareña para ofrecer la inmortalidad con un solo mordisco, oferta que la moribunda aceptó con la presteza de una anaconda engullendo una vaca más grande que ella misma. Tras el decisivo mordisco afilado, ahora ambas son hijas de la noche, eternas amantes, cosechadoras de humanos, refugiadas en la pequeña ciudad insular de Chisakura, temerosas del sol y de peligros mayores que ellas mismas. Los seres inmortales viven una mala no-vida por culpa de una organización de cazadores de vampiros, unos sádicos científicos que fabrican armas humanoides viviente. Ésta es la historia nocturna de Yuna y Shizuha, una experiencia de amor, terror y sexo.
En un primer momento creíamos que la peor parte del viaje a Scarlet Hollow sólo había sido aguantar a un desconocido charlatán en el autobús y el desagradable recibimiento por nuestra de nuestra huraña prima, pero sólo era el principio. Hemos regresado a nuestro pueblo de la niñez para asistir al funeral de nuestra tía recién fallecida, sin duda un momento duro pero no el más duro de nuestra vida, pues hemos vuelto a Scarlet Hollow, nuestro hogar… Este pueblo minero de Carolina del Norte aguarda insondables secretos de la existencia y todos son malignos, donde los rudos lugareños se quedan chiquitos al lado de las arcanas criaturas que deambulan por la noche.