Análisis de Final Fantasy VII: Rebirth para PC – uVeJuegos.com


Poco menos de un año después de su lanzamiento en exclusiva para PlayStation 5, Final Fantasy VII Rebirth desembarca en PC con unas cuantas misiones bajo el brazo; la primera, la más obvia, es continuar la aventura de Cloud, Tifa, Barret y compañía por el fantástico mundo de Midgard; por otro lado, también es una declaración de intenciones por parte de Square Enix, que tras el lanzamiento de sus últimos grandes Final Fantasy en exclusiva para PS5 (Final Fantasy VII Remake, Final Fantasy XVI, y Final Fantasy VII Rebirth), se abre cada vez más a la posibilidad de volver a los desarrollos multiplataforma. Si esa es la respuesta es algo que, como de costumbre, solo el tiempo dirá; de momento vamos a centrarnos en lo que hoy nos ocupa, que es la versión de ordenadores de Rebirth, aunque si quieres una valoración rápida ya te adelanto que a día de hoy es la ocasión perfecta para sumergirse en la reimaginación del universo de Final Fantasy VII que supone esta nueva trilogía.

El mundo de Final Fantasy VII Rebirth, un JRPG moderno con alma de clásico

Eso sí, no quería dejar pasar la oportunidad de hablar un poquito de las bases temáticas de Rebirth. Sin desvelar detalles específicos de la trama, y sin entrar tampoco en labores expositivas o en un análisis en profundidad de la historia y los personajes del título (para ello te recomiendo que leas el análisis de la versión original de PlayStation 5 que escribió mi compañero Juan Silva), creo que es importante aclarar, de cara al jugador de ordenador, que Rebirth continúa la épica del grupo de Cloud Strife inmediatamente después de los eventos acontecidos en Final Fantasy VII Remake. Los personajes ya legendarios del original regresan con mayor profundidad psicológica y desarrollo narrativo que nunca, lo que permite no solo que exploremos mejor sus motivaciones y relaciones de manera más pausada, más natural, sino que también hace las veces de vehículo para que Square Enix amplíe el universo de su videojuego más querido, a fin de representar con más lujo de detalle ese periplo del grupo protagonista contra fuerzas que amenazan la estabilidad del mundo.

Sorprende también cómo el estudio japonés se las ha ingeniado para crear un videojuego tan moderno, tan en sintonía con la propia evolución que estamos viendo en el género J-RPG de alto presupuesto (combate más de acción, elevadísima factura gráfica, mayor preponderancia de la historia), y a la vez con tanta alma de rol oriental clásico. En este sentido, hay un montón de contenido secundario, que complementa o no a las nuevas líneas argumentales principales, lo que aporta una mayor frescura y un mayor grado de sorpresa. Hay como una especie de equilibrio entre nostalgia e innovación que creo que le sienta genial a la fórmula; es más, diría que Rebirth expande todas estas cuestiones si lo comparamos con Remake, es decir, con la primera parte de esta trilogía de reimaginaciones de Final Fantasy VII.

Por supuesto, lo hace, además, planteando un esquema de mundo abierto que resulta absolutamente ejemplar, y que enfatiza la exploración por Midgard con un montón de misiones secundarias y actividades opcionales de calidad un tanto dispar, probablemente uno de los grandes puntos flacos del videojuego. Sin embargo, también consigue esta mejora de la fórmula de Final Fantasy VII Remake con un combate más dinámico y divertido; sigue, como es lógico, combinando elementos fundacionales del género con mecánicas modernas, en esa suerte de híbrido entre hack and slash en tiempo real y estrategias, magias y tácticas que van un poco más allá de lo visto, por ejemplo, en Kingdom Hearts.

Al igual que en Remake, puedes alternar entre personajes durante las batallas (sensacionales algunos combates contra jefes) para buscar esa debilidad elemental, esa habilidad especial de cada miembro del equipo que te permite darle la vuelta a combates complejos y a situaciones límite. No es un videojuego perfecto, el contenido secundario tiene sus más y sus menos, la exploración a veces es un pelín abrumadora, y si lo comparamos con Remake vemos que es una continuación marcadamente continuista, valga la redundancia y el corolario, pero es indiscutible que todo funciona de maravilla y que el conjunto es simplemente sobresaliente.

Final Fantasy VII Rebirth en PC: optimización, gráficos, rendimiento, Steam Deck…

Ya en PlayStation 5 Final Fantasy Rebirth destacaba por un sobrecogedor apartado gráfico y un excelente diseño artístico, con la salvedad puntual de algunas inconsistencias en materia de texturas, modelos de personajes no jugables aleatorios, y en general con la marcada diferencia en el diseño fantástico-dieselpunk de los protagonistas y la apariencia más mundana de los ciudadanos de Midgard. Esto último se mantiene, pero en líneas generales Rebirth en PC, al igual que en su versión de PlayStation 5 Pro, soluciona buena parte de todos los problemas anteriores y permite disfrutar de la aventura de Cloud con una buena tasa de refresco, una resolución más elevada que en la versión original, y en general un mejor acabado visual.

Estos aspectos, quizás secundarios para todos los que llevamos muchos años en el mundillo (y que sabemos que los gráficos no son ni mucho menos los importantes), se refuerzan porque la propia jugabilidad de Final Fantasy VII Rebirth, así como la recreación de su mundo, la inmersión en su espectacular atmósfera, y hasta cierto punto la propia narrativa se benefician enormemente de una mayor estabilidad en el framerate y una mejora en la nitidez de la imagen. La versión de PC de Rebirth aporta todo eso y, por suerte, lo hace con una optimización excelente, tal y como lo hacía Remake en 2022. Puedes contar con DLSS si tienes una gráfica Nvidia, aunque por desgracia no hay Frame Generation, ni FSR, ni Intel XeSS ahora mismo, y es probable que esto siga siendo así durante bastante tiempo salvo que algún modder meta mano al asunto. Es una pena que esto sea así porque habría sido el salvoconducto definitivo para asegurar un buen rendimiento en prácticamente todos los sistemas, especialmente en los más antiguos.

Eso sí, en términos de rendimiento, el juego se adapta de manera más que decente a diversas configuraciones de hardware (te recomiendo, en cualquier caso, que compruebes bien los requisitos a fin de evitarte problemas). Por otro lado, en Steam Deck el funcionamiento no es perfecto, pero puede rondar los 30-40fps, dependiendo del modelo y de las configuraciones gráficas escogidas, aunque con ciertas limitaciones en resolución y en el nivel de acabados en general. Esperaba un poco más de un producto que está verificado para Steam Deck, y a pesar de que es jugable en la portátil de Valve, el resultado dista bastante de ser ideal o una gran opción.

CONCLUSIONES

Que Final Fantasy VII Rebirth es uno de los mejores videojuegos del año pasado ya lo sabíamos todos; las aventuras de Cloud, Tifa, Barret y compañía continúan en la reimaginación de Midgard y amplían el universo del Final Fantasy VII original, una obra maestra atemporal, de manera espectacular. Lo que quedaba por ver es si la versión de PC estaría a la altura y arreglaría algunas de las irregularidades de lo que vimos en el lanzamiento en la PlayStation 5 normal, y la respuesta más directa es que sí: Final Fantasy VII Rebirth en PC, si tienes una buena configuración (especialmente con una gráfica de Nvidia, debido a la ausencia de FSR e Intel XeSS), es la mejor manera de disfrutar de Rebirth en el plano audiovisual, mejor incluso que PlayStation 5 Pro. En Steam Deck, por el contrario, todavía le falta algo de trabajo, y aunque es de esperar que mejore con el paso de los meses, a día de hoy no es la experiencia más recomendable del mundo. En líneas generales, un gran port en ordenador, que sigue la estela de Final Fantasy VII Remake, y que permite que muchos nuevos jugadores disfruten de uno de los mejores JRPG de los últimos años.

Copia digital proporcionada por PLAION





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