Breve recordatorio de la franquicia Let’s Sing (¡ahora sin micros!)
Let’s Sing comenzó su andadura en 2012 como otra alternativa más en el panorama. Desarrollado por Voxler, veterana empresa francesa que no actualiza su web oficial, y editado por Ranvenscourt y PLAION como garantía de calidad. Con ellos sabemos que estamos en buenas manos, y más desde la compra del estudio en 2020. Al igual que la antigua competencia, la franquicia se divide tanto por entregas anuales, las entregas exclusivas para España (pero ya no se hace) como las dedicadas a bandas míticas (Queen, ABBA). De hecho su carta de amor a la banda sueca me maravilló y emocionó, pues crecí con sus melodías pop, a veces románticas, a veces agridulces. Con todo esto expuesto, damos la bienvenida a Let’s Sing 2025, una pegadiza experiencia que promete sensaciones y vibraciones para melómanos empedernidos.
Antes de dar el cante hay que prepararse, sacar el micrófono del cajón y desatar el cricoaritenoídeo. Para una buena inmersión siempre se agradece contar con un estiloso micrófono entre las manos, y más ahora que cualquier modelo es útil. No necesita ser uno oficial del juego ni específico de nuestra consola, con que tenga puerto USB es suficiente. Si no tenemos micro en casa también podemos descargar la aplicación oficial del juego para móviles, para así transformar ese chisme en una herramienta musical. Una bastante eficaz y precisa, todo sea dicho. Cuidado, desde Let’s Sing 2024 se ha cambiado de App y ahora es Let’s Sing Companion. Es muy similar a Let’s Sing Mic pero mejorada y actualizada. También más pesada, todo hay que decirlo.
Modos jugables para el fiestero y el solitario
Una vez iniciado el juego accederemos a los tres modos principales, los cuales cumplen una función concreta: partidas rápidas, multijugador e historia. “Karaoke” es la principal y la idónea para comenzar, pues elegimos las canciones deseadas y las completamos. No debemos preocuparnos por la puntuación final ni en cumplir desafíos, con finalizar la canción es suficiente. Se puede jugar en solitario como entre amigos, incluso en duelos musicales uno contra uno. El “Modo Concierto” es interesante, es un multijugador pero no requiere suscripción online en las consolas. En este modo participamos en canciones multidinarias en directo con hasta once o doce rivales en las que sólo puede ganar uno. La elección de canciones es aleatoria y continua, pues al terminar una comienza la siguiente. En realidad no existe un premio ni sensación de competición como tales, puesto que los participantes pueden incorporarse o quitarse a su antojo del duelo entre rondas. De hecho es posible completar varias canciones seguidas con los mismos rivales. ¡Muy voluntariosos todos ellos!
La elección de canciones es aleatoria pero no caótica ni caprichosa. Según el horario de la partida el concierto puede ser diurno o nocturno, regulándose en las canciones, que pueden ser alegres o tranquilas. Cabe señalar que existen las divisiones “Main Stage” y “Local Stage”, cuyo nombre da a entender que el primero abarca a jugadores de todo el mundo y el segundo sólo del país del usuario. No se explica con mucho detalle cuales son sus diferencias concretas más allá de sus propias estadísticas, sin embargo tengo la intuición que es para ofrecer una mayor equidad entre los participantes. Las barreras lingüistas y culturales no afectan por igual a un usuario anglosajón, alemán o español, cada uno con sus gustos, conocimientos y dotes musicales. Ciudadanos desconocidos que en el escenario principal se verán las caras mientras que en el escenario local todos los cantantes juegan con las mismas oportunidades, desventajas y carencias de su localidad. Quizá en el ranking mundial no llegues muy lejos pero en el nacional podrás llegar al Top gracias a Tony Ronald. Es broma, no hay Ronald (ni Roland) en este juego, pero aún así dejaré la llave en mi puerta por si regresa.
Operación Triunfo en la Ciudad del Sonido
El último modo jugable es el más interesante, complejo y rejugables, el equivalente a un modo “Historia” de cualquier otro juego: “Modo Carrera Soundtown”. Tal como se intuye, o que cualquiera ya lo conozca por haber jugado al género en estos veinte años, consiste en adentrarnos en el mundo de la música, escalar, adquirir fama y dinero hasta ser una gran estrella en Soundtown, la capital del espectáculo. Lo típico de empezar en bares de pueblo y concluir en una gran megaconcierto en el Wanda Metropolitano (antes de que lo clausuren por molestia vecinal). Este modo es bastante sorprendente, adictivo, extenso y ofrece desafíos únicos. La historia es típica y tópica, pues comienza en el enésimo concurso / academia de jóvenes talentos, pero goza una generosa plantilla de personajes secundarios y unos diálogos bastante divertidos. De hecho existe una enciclopedia que se actualiza de manera constante, con individuos como Jemma Goldmann (representante) o las hermanas Young (Chloe y Zoe, profesoras de canto), así como otros artistas, productores, dueños de discográficas. Todo esto con voces españolas de actores profesionales del doblaje, quienes le ponen mucho ímpetu y encanto. A medida que juguemos y superemos retos nuestra prestigio se consolidará, contaremos con el apoyo de un mayor número de fans, accederemos a misiones secundarias y desbloqueamos escenarios nuevos de la ciudad, como clubs, bares o estadios.
En cuanto a lo jugable, los retos requieren pericia y exigen tareas concretas, por ese motivo suelen ser versiones acortadas de canciones. La verdad es que la mayoría son semejantes entre ellos y consisten en mantener cierto nivel de notas agudas o graves durante el mayor tiempo posible o alcanzar una puntuación concreta. Tareas disfrazadas en sesiones de grabación, conciertos o pruebas técnicas, que le dan vidilla a la historia. No suelen ser desafíos imposibles pero tampoco hay que confiarse demasiado, que mantener los agudos en Dance Monkeys (de Tones and I) puede desgañitar las cuerdas vocales del más rumboso. Además goza de cierto componente aventurero, porque poco a poco descubrimos los distintos barrios de la ciudad, como Party Distrito, con sus propios personajes, escenarios, misiones principales y elección de tareas secundarias (lo que supone cierto rumbo argumental), incluso tiene una HUB neurálgica en forma de furgoneta típica de banda rockera. Se llama “La Furgo”, un nombre sencillo pero cachondo, y desde ahí comprobamos nuestra popularidad en redes sociales (leer comentarios tiene su chispa) y comprobaremos nuestro progreso.
KAROL G. y la gamificación
Los juegos musicales siempre han sido divertidos en sí mismos pero adolecían de ese carácter efímero o limitado sólo a reuniones sociales. Juegos que triunfan en las merendolas pero que rara vez el usuario lo juega solo en su casa. Por ese motivo se ha “gamificado” (no sé como utilizar ese término correcto en español, el ritmo ragatanga de Daniel Sanchez-Crespo me ha poseído) aún más para resultar más divertido y rejugable. Han elevado el espíritu jugable de un juego que de por sí ya era muy jugable. Todo lo que juguemos, ya sea bien o mal, sea en solitario o en compañía, ganamos experiencia y premios. Es una cosa bárbara, por un lado está el Nivel de Jugador y por otro los distintos niveles de cada modo y submodo jugable, incluidos las variantes de multijugador.
No es una exageración, porque superar las canciones es bastante fácil y casi cualquier jugador lo consigue manteniendo el tono adecuado de la canción, sin necesidad de respetar la letra. La miga del asunto es completar y perfeccionar cada canción, y para ello se debe conseguir completar notas, realizar combos y acordes perfectos, conseguir estrellas y la mayor puntuación. Sólo cumpliendo esos requisitos se obtendrá una calificación de cantante y un disco de bronce, plata, oro, platino y arcoíris. Sólo un cantante consumado, perfeccionista y perseverante completará la canción al máximo, después el resto de canciones iniciales. ¡y por último todas las del Pase VIP!
Para seguir picoteando el gusanillo rítmicos, existen los Let’s Sing Music Awards. Es decir, son temporadas temporales con sus respectivos premios obtenibles a lo largo de sus niveles. Como si un juego de servicio se tratase, Let’s Sing cuenta con temporadas temáticas con recompensas especiales con una duración mensual. La primera estaba dedicada a la Navidad (pues el juego salió por esas fechas) y la segunda al mundo del cine. Subir niveles es divertido y satisfactorio, sobre todo porque obtenemos títulos y complementos estéticos para personalizar a nuestro avatar virtual. A pesar de que estar compuesto únicamente por una cabeza y manos flotantes, los avatares y personales gozan de buen detalle y expresividad. Cuantos más elementos desbloqueemos más original será nuestro avatar.
Becky G. y otros cantantes buenos
La última parte del análisis está dedicado al listado de canciones, donde reside la magia, la miga y la magdalena del género musical. Las canciones son el elemento diferenciador de cada entrega y el mayor atrayente para los compradores potenciales. Todo el mundo desea que sus canciones favoritas estén incluidas o incluso descubrir temas que no conocía. Ante todo quieren calidad. Nadie quiere a Jesulín de Ubrique (chiste si eres de los años 90) ni a Justin Bieber (chiste si eres de los 2010). Queramos o no, estos listados son hijos de su tiempo, reflejan la música popular y comercial de su época, aún a pesar de ofrecer algunos temas imperecederos de hace treinta o cuarenta años. ¡Sólo hay que comparar las canciones de SingStar: Pop Hits de 2007 con las de Let’s Sing 12! Por no mencionar que algunos países tienen sus canciones exclusivas, como Francia, Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos, España y Latinoamérica.
Todo es cuestión de gustos y no es necesario ponerse elitista ni melómano misántropo, pero si somos objetivos tenemos que decir que treinta y cinco canciones es un número pequeño para un juego base. Así como la excesiva presencia de KAROL G. y que los únicos temas de Disney sean de El Rey León y Wish: El Poder de los deseos (¡si al menos fuese la canción de Magnifico!). ¿De verdad necesitamos tres canciones de KAROL G?, ¿quién es KAROL G?, ¿por qué detesto su música aún sin conocerla?, ¿KAROL G. y Becky G. son la misma persona? Por suerte, a modo de compensación, tenemos Zombie de The Cranberries (la canción sobre el IRA que Zack Snyder no entendió) y Everytime We Touch de Cascada (el tema disco presente en toda una generación de AMVs).
Sigo el curso del río y a Likke Li
¡Ojo, qué aún no hemos acabado! Durante décadas los juegos musicales alargaron su vida musical con paquetes de canciones extras, expansiones y material exclusivo a cambio de dinero, pero esa formula fue apagándose con el tiempo. Tal como expresó nuestro compañero Yitán en su análisis de Let’s Sing 23: “Let’s Sing debe mejorar su selección de canciones para el juego base, además de permitir la compra de canciones sueltas o incluso implementar alguna suscripción diaria, mensual o anual a un gran catálogo de canciones de forma similar a como lo hacen títulos como Just Dance.” Dicho y hecho, en Let’s Sing 2024 se introdujo el Pase VIP y se abrió un mundo de posibilidades.
Un mundo de música de gran calidad y en cantidades industriales. Las treinta y cinco canciones de base palidecen ante un pase compuesto por 150 canciones de todas las épocas, países y géneros más allá de KAROL G. A diferencia de los DLCs, no compramos estos pases sino que nos suscribimos a un servicio mensual, trimensual y anual para disfrutar de su catálogo. Es un pago extra pero recomiendo su suscripción, pues a nivel personal me ha servido para ubicar temas que recordaba en mi cabeza, sin nombre ni artista, causándome ese intrigante malestar de los desdibujados recuerdos flotantes que existen y no existen en las mentes. Temas como I Follow River (de Likke Li), Major Tom (völlig losgelöst) (de Peter Schilling) o Good 4 You (de Olivia Rodrigo) ya han tomado forma y mi vida musical se ha elevado a los cielos, como un querubín repartiendo potosí.
Conclusión
Let’s Sing 25 demuestra que Juan Pardo tenía razón. Bravo por la música, que nos hace mágicos. Bravo por tener comunicación. Con Voxler el género musical es eterno y la felicidad es anual. La selección de canciones siempre es tema de debate (por culpa de KAROL G). y su elección para la partida una disputa entre amigos (otra vez culpa de Becky G.), pero resulta un asunto menor. A fin de cuentas se mantiene un buen equilibrio y variedad de artistas, excepto KAROL G. Es imposible que no te guste ni una canción, y si te animas a abrir la mente descubrirás que esos temas populares entre los zagales también pueden gustarte a tí, aunque seas viejoven como Ojeté Calor. De verdad, me sorprendió el Me rehúso de Danny Ocean. En resumen, el juego es divertido, rejugable y ofrece horas de diversión y desafío, ya sea entre amigos o seas cantante solitario en potencia. ¡Cantaremos de nuevo en Let’s Sing ’26!
Listado de canciones
1. La Bachata – Manuel Turizo
2. Beautiful Things – Benson Boone
3. yes, and? – Ariana Grande
4. Mi Ex Tenía Razón – KAROL G
5. Solamente Tú – Pablo Alborán
6. Strangers – Kenya Grace
7. El Merengue – Marshmello, Manuel Turizo
8. I Ain’t Worried – OneRepublic
9. Love Yourself – Justin Bieber
10. Me Rehuso – Danny Ocean
11. Stolen Dance – Milky Chance
12. Zombie – The Cranberries
13. S91 – KAROL G
14. Everytime We Touch – Cascada
15. Corazón en la Maleta – Luis Fonsi
16. Good 4 U – Olivia Rodrigo
17. Solo Si Es Contigo – Bombai ft. Bebe
18. Dancing in the Moonlight – Toploader
19. Summer – Calvin Harris
20. El Patio – Pablo López
21. Arranca – Becky G ft. Omega
22. (It Goes Like) Nanana – Peggy Gou
23. What Was I Made For? – Billie Eilish
24. La Luz – Juanes
25. Darte un Beso – Prince Royce
26. The A Team – Ed Sheeran
27. Standing Next to You – Jung Kook
28. Dog Days Are Over – Florence + The Machine
29. Lose Control – Teddy Swims
30. Uprising – Muse
31. Cupid – FIFTY FIFTY
32. Ay, DiOs Mío! – KAROL G
33. Hakuna Matata – El Rey León
34. Forget Me – Lewis Capaldi
35. Mi Deseo – Wish: El Poder de los Deseos