Atomic Heart forma parte de una tendencia cada vez más visible en varios videojuegos donde la política ahora sí que importa. Algo así como una respuesta directa y clara a juegos como The Last of Us Parte 2, que incluyen diversidad en su elenco de personajes y se muestran realidades que existen en la calle pero que, por diversas razones, nunca habían sido representadas antes. Atomic Heart representa, queriéndolo o no, a esos jugadores críticos con la diversidad, de los que opinan que “antes se vivía mejor y éramos más libres”.
Y es una lástima que el juego se haya convertido en ese icono anti progresista porque no hay duda de que Atomic Heart es un muy buen juego, una aventura que entra por los ojos con una estética cuidadísima, un sonido excelente, un muy buen doblaje al español, unos gráficos increíbles y toda una sorpresa para tratarse del debut de una compañía… En definitiva, un juego más que notable que si bien no tuvo la repercusión que muchos desearían, sin duda está muy lejos de ser considerado un fracaso.
Si quieres conocer más sobre la historia, las mecánicas y todo lo que envuelve al Atomic Heart original, no podemos más que remitir al análisis original que hizo nuestro compañero Gex en su día. Una verdadera y profunda disertación de las que dejan huella y dónde podrás entender las motivaciones, el contexto y el funcionamiento de un juego que, sin haber sido un candidato a GOTY, ha calado hondo en una parte de la comunidad.
Por eso, en este análisis nos centraremos en los DLC lanzados e intentaremos evitar destripar el final del juego base, así que vamos a repasar los 3 DLC ya disponibles de Atomic Heart:
ANIHILATION INSTINCT: Todos contra NORA
El primer DLC es literalmente una continuación del final del juego original, así que como mínimo saciamos la curiosidad de saber cómo sigue la historia tras la última gran decisión. El inicio no puede ser más directo: ¿Recordáis a NORA, nuestra querida amiga o sistema operativo, que nos permitía mejorar habilidades, armas y a la vez nos regalaba comentarios de lo más indecorosos porque iba más caliente que el palo de un churrero? Pues ha vuelto y estamos condenados, por fin, a su merced.
Este punto de arranque ya nos saca una sonrisa, pero la realidad será mucho más dura. Despojados de todas nuestras armas y equipo, tendremos que escapar de NORA, conociendo por el camino a su creador, Lebedev, que además nos aportará una de las grandes novedades de este DLC, el control del tiempo. Si querías batallas duras, Annihilation Instinct no decepciona en absoluto, con algunos momentos extremadamente complicados, así que tocará combinar el poder de congelar el tiempo con las armas más fuertes.
Algo que no juega a favor de este DLC es lo poco que lucen los escenarios si lo comparamos con el resto de capítulos extra. Si en los otros encontramos ambientes totalmente dispares (y curiosamente similares a la saga Bioshock), aquí nos encontramos con el enésimo complejo subterráneo/laboratorio/hangar y se echa de menos un poco de variedad. En resumen, se trata del capítulo más tradicional y fiel al juego base.
ENCHANTMENT UNDER THE SEA: El guiño definitivo a Bioshock
El capítulo extra más nuevo es el reciente Enchantment Under the Sea, una aventura subacuática que nos remite, desde el primer momento, al clásico entre los clásicos: Bioshock. El juego que puso la distopía viejuna en el top de ventas y en boca de todos ha inspirado muchísimos juegos posteriores, y Atomic Heart es uno de ellos. Se podía ver en el juego original y lo confirmamos ahora con esta historia añadida, que si bien no imita a Bioshock, si que celebra su inspiración sin tapujos.
Argumentalmente, nos encontramos tras una de las decisiones más importantes del final del juego base. Ahora ya no tenemos a Charles con nosotros sino que nuestro guante tiene otra voz, que quizá nos suene de algo. La historia continúa con las decisiones que tomamos, pero desde el inicio hay una novedad jugable que reinventa por completo la manera en la que abordamos el juego y sus escenarios: el látigo-gancho. Una herramienta que, como su propio nombre indica, nos permitirá golpear y acercarnos a los enemigos y algo mucho mejor: lanzarnos directamente a puntos del juego que lo permitan. Esto amplía la verticalidad del juego y teniendo en cuenta que nos vamos de viaje a una estación subacuática, esto tiene más sentido que nunca.
Otra novedad es la Llamarada, un poder de fuego que nos servirá tanto para aturdir y quemar enemigos como para librarnos de un duro material espumoso que nos bloqueará caminos y secretos durante todo el nivel. También estrenamos un par de armas: un martillo y una escopeta que nos permitirán jugar un poco con la estrategia en la batalla.
No faltarán enemigos de temática acuática, pulpos o cangrejos que nos recuerdan demasiado a los del yermo de Fallout, que en dificultades altas nos darán más de un dolor de cabeza. Y tranquilos que nuestros amigos los maniquíes androides también trabajan bajo el mar y vuelven más fuertes que nunca para arrinconarnos a la primera que puedan. Sin ser especialmente complejos, los puzzles se hacen entretenidos y aunque la historia avanza, no hay grandes enemigos finales, sino grandes batallas campales que nos pondrán a prueba constantemente.
Una buena historia, unos personajes con carisma y un buen uso de los escenarios acuáticos nos traen el que sea el mejor de todos los DLC de Atomic Heart hasta la fecha.
TRAPPED IN LIMBO: No sin mis anillos
El DLC más absurdo de los tres ya lanzados es, sin duda alguna, Trapped in Limbo. Jugando al juego original, desde el primer momento en el que caímos en el limbo la mayoría vimos un potencial en ese universo alternativo que se había montado Mundfish.
Un mundo lleno de caramelos, colores, dulces y alegría, pero siempre salpicado por la oscuridad de una sociedad robotizada y sin alma alguna. Así es el escenario de este capítulo especial, que es casi casi independiente, tanto por jugabilidad como por vinculación con la trama original.
Todo empieza con nuestro protagonista P-3 transformándose, por obra de vete tú a saber qué, en un monstruo enorme de blanco pelaje que no puede ni siquiera comunicarse con palabras. Lo que sí puede hacer es correr como un condenado, y ahí radica el gancho de este episodio, donde tendremos que correr, correr y correr por un montón de rampas llenas de cristales (o caramelo?) y saltar en el momento correcto para no caer al vacío. En una mecánica que nos recuerda a un potencial Sonic en primera persona, la velocidad y pericia son un valor a tener en cuenta para superar los escenarios. Tendremos que esquivar unos elementos puntiagudos que nos dañarán, pero sin duda el verdadero peligro serán esas rampas imposibles. Por suerte, como los mejores juegos que empujan al ensayo y error, tal como caemos, volvemos al punto de guardado inmediatamente, así que es muy difícil enfadarse y, aún más, rendirse. Lo intentaremos una y otra vez hasta que consigamos llegar al final del camino.
También habrá peleas, de hecho contamos con un personaje de lo más peculiar que nos venderá armas con formas absurdas y que podremos llevarnos al juego completo aunque solo como aspecto visual. Lo compraremos con unas monedas que andan desperdigadas por los escenarios y resolviendo secciones. Los enemigos son absurdos y ridículos, encajando perfectamente con el tono del capítulo en sí.
En definitiva, es el DLC más único del pack, el más original y sorprendente. No avanza mucho en la historia, pero ofrece una serie de retos jugables por si quieres descansar de tanta intensidad en los otros, y con la jugabilidad tan potente que tiene Atomic Heart, había que aprovecharla en algún modo de este tipo.
CONCLUSIONES
Aún queda pendiente un cuarto DLC, pero lo que está claro es que Mundfish lo tenía todo planeado y ha ofrecido cantidad y calidad por partes iguales. Por un lado, dos historias completas, capítulos largos y generosos que no solo amplían los escenarios y tramas sino que también aportan mejoras, armas y estrategias que renuevan un poco la jugabilidad del juego (el gancho sin duda es uno de los elementos más importantes). Por otro lado, un capítulo tan absurdo que se da la vuelta sobre sí mismo y se convierte en un arcade runner en primera persona con entidad propia.
Atomic Heart no es un juego para todo tipo de públicos, pero a sus seguidores más fieles les ha sabido ofrecer justo lo que necesitan. Los DLCs son el mejor ejemplo y esperamos que consigan mejorar todo aquello en lo que se han quedado cortos (profundidad de la jugabilidad, algo más de carisma en el elenco de personajes…) para una potencial secuela.
Valoración:
Jugado en Playstation 5. Copia digital proporcionada por PLAION