Ante nosotros tenemos una experiencia que de una manera muy simple se podría resumir como una aventura en la que nuestro cometido es ser repartidora encarnando a Mika. Sí, como en Death Stranding, pero todo acompañado de una estética mucho más animada, colorida y alegre. De hecho, una de las referencias del estudio para crear el videojuego fue la película de Nicky, la Aprendriz de Bruja, pero además se mantiene ese estilo tan característico y ameno que ha presentado previamente Chibig en juegos como Deiland o Summer in Mara.
Cada título del estudio tiene su propia historia y mecánicas, pero hay componentes comunes entre todos ellos que van formando lo que podríamos considerar como un universo o cuento mayor. De hecho, cada videojuego se puede disfrutar de manera independiente, pero es muy gratificante ver personajes que ya conocemos de antes, o leer conversaciones sobre aquellos lugares a los que Chibig nos ha llevado previamente. Esta es sin lugar a dudas una de las razones que nos enganchan cada vez más a los juegos del estudio valenciano. Además no hay que obviar el buen nivel narrativo (a la par que simple) que ofrecen sus juegos, como vuelve a ser en esta ocasión con Mika and the With’s Mountain.
Ante nosotros tenemos a Mika, una joven aprendiz de bruja que cae en la isla de los Vientos, y su cometido, en un principio, es arreglar y mejorar su escoba para así volar hasta la academia en la que convertirse en una bruja hecha y derecha. Pero para esto, nuestra protagonista se ve obligada a trabajar como repartidora en la isla. En esta narración que puede sonar muy básica encontramos un mensaje muy potente que habla sobre la realidad, más concretamente sobre temas de relaciones tanto laborables como personales. Entablar nuevas relaciones y conocer a los habitantes del lugar o luchar contra las injusticias es algo muy presente en el desarrollo del título. Algo que nos gusta mucho de cómo se presenta esto es que no es forzado, y se transmiten unos valores muy importantes para el jugador, por lo que se trata de un videojuego muy recomendado tanto para los más pequeños, como los mayores de la casa.
Como hemos comentado, la mecánica principal del juego consiste en repartir y recoger paquetes en cualquier rincón de la isla en la que se requiere nuestra colaboración. Esta mecánica suena muy sencilla, y realmente lo es, pero es muy gratificante viajar por la isla llevando a cabo cada recado. La escoba se tercia una herramienta indispensable para este trabajo, pero tenemos que irla mejorando para poder volar más alto o adquirir ciertas habilidades, así como aumentar el número de paquetes que podemos llevar al mismo tiempo. En la isla hay muchos túneles de viento con los que debemos impulsarnos para llegar a los lugares más recónditos. Como en la vida real, el estado de los paquetes que transportamos es muy importante, y algunos son más frágiles que otros, así como existen algunos que debemos evitar a toda costa su contacto con el agua o aquellos que hay que entregar en determinado tiempo.
Además de los encargos principales también podemos encontrar otros elementos en el mapa que debemos descubrir dónde se requieren. Así mismo hay algunos coleccionables, actividades secundarias, o elementos personalizables que se esconden por la isla. Quizás uno de los puntos mejorables de la experiencia es el uso del mapa y las indicaciones. Debemos acceder al menú para comprobar nuestra localización o la de nuestro objetivo, por lo que se echa mucho en falta un minimapa o algún tipo de indicador en tiempo real.
En lo artístico destaca una vez más el nivel de detalle de los diseños de los personajes, y quizás como punto negativo encontramos que la isla ofrece muchas zonas que son meramente de paso y se encuentran algo vacías. Respecto a lo sonoro, volvemos a encontrar un sistema de conversaciones sin voces donde solo hay muletillas sonoras. La música acompaña fielmente lo que estamos viviendo en cada momento, o la personalidad de aquellos personajes con los que estamos interactuando. Por desgracia, cuando nos movemos con la escoba por la isla existen algunos momentos “vacíos” en los que no hay pistas musicales, haciendo que estas zonas de paso se remarquen aún más.
CONCLUSIONES
Mika and the Witch’s Mountain es el reflejo del mimo a la hora de hacer videojuegos y querer dejar huella en el jugador. Ante nosotros tenemos un videjuego que brilla por su simpleza sin esto reflejar un punto negativo, todo lo contrario. Chibig nos adentra una vez más en su universo para presentarnos a Mika, un personaje admirable lleno de valores, acompañando a un gameplay sencillo, pero muy eficaz. Si buscas un videojuego ameno, con el que disfrutar apaciblemente te recomendamos que los pruebes, al igual que las otras experiencias creadas por su desarrolladora.
Copia digital proporcionada por Game.Press.