Análisis de Rift of the Necrodancer para PC – uVeJuegos.com


Crypt of the Necodancer es uno de los títulos más innnovadores de los últimos tiempos. Brace Yourself Games logró crear una combinación perfecta entre dos géneros tan dispares como son los roguelike y los títulos musicales. Pero ahí no acabó la cosa, ya que tiempo después crearon otra genialidad similar uniendo fuerzas con una de las series más existosas de Nintendo: The Legend of Zelda. Cadence of Hyrule – Crypt of the NecroDancer Featuring The Legend of Zelda potenciaba todo lo visto en el título original, pero además lo traía al fantástico mundo de Zelda. En esta ocasión han vuelto a dar una vuelta de tuerca al universo de Cadence, y nos presentan Rift of the Necrodancer, una propuesta aún más enfocada al sector musical.

La historia nos vuelve a poner en la piel de Cadence, quien sin saber muy la razón ha acabado en un mundo desconocido para ella. En este lugar se va topando con muchas caras conocidas, pero además se encuentra brechas de las que aparecen enemigos, y la forma de enfrentarlos es con el rasgeo de la guitarra. De esta forma es como se presenta el escenario principal del juego, una pista musical al más puro estilo Guitar Hero o el más reciente Festival de Fortnite, donde van cayendo las notas, o mejor dicho, los enemigos, en este caso. A diferencia de tantos videojuegos musicales tres railes son suficientes, y pese a que pueda parecer lo contrario, ni mucho menos estamos ante un videojuego sencillo.

En videojuegos similares nos encontramos notas simples, largas que mantener sostenidas u otras que tocar de manera simultánea, y aquí es igual, pero con una condición muy importante que lo cambia todo: las notas son enemigos, y cada tipo de enemigo se comporta de una manera diferente. Existen enemigos que requieren ser golpeados varias veces, otros que se van moviendo de pista según bajan, otros que hacen amagues, y un largo etcétera. Un sin fin de efectos, y luego además dentro de cada tipo de enemigo existen variaciones relacionadas con los colores de estos. Así mismo existen también notas especiales que son alimentos, con las cuales podemos recuperar puntos de salud, esos puntos de salud que en caso de caer a cero supondrán tener que empezar el nivel de cero. Tampoco faltan a la cita las notas recubiertas de energía que después nos permiten potenciar el multiplicador de la racha de notas. Sin lugar a dudas, la mejor manera para conocer las locuras que nos podemos encontrar en las canciones de Rift of the Necrodancer es ponernos manos a la obra y experimentarlo uno mismo.

A diferencia de otros videojuegos musicales donde seguir el ritmo es nuestro único cometido, en esta ocasión además es indispensable que nos aprendamos los patrones de los enemigos. Como experiencia personal, y fan de los videojuegos musicales en general que suele empezar a jugar en un nivel intermedio a cualquier juego del género, en esta ocasión he tenido que dar la vuelta atrás y seleccionar el nivel de dificultad menor para asimilar conceptos y movimientos de enemigos. Si hace años atrás en el análisis de Cadence of Hyrule comenté que la dificultad del título estaba muy rebajada respecto a Crypt of the Necodancer, en esta caso la dificultad del título original es algo que tenemos presente respecto al cambio de registro y de género. La curva de aprendizaje no es que sea demasiado elevada, pero sí más exigente que en otros juegos musicales.

Algo que nos ha llamado la atención es el posicionamiento del modo historia en el menú principal del juego. Este no está en primer lugar, algo un tanto extraño y más tras jugarlo y comprobar lo interesante que es gracias a su sistema de diálogos e interacciones entre personajes y enemigos. Es más, en el modo historia también podemos encontrar diversos minijuegos, así como enfrentamientos a jefes. Estos tienen mecánicas diferentes y en ellos no encontramos una pista musical, por lo que en el fondo tienen un menor peso e impacto en el desarrollo de la historia. En cualquier caso, los modos de juego en los que seleccionar las pistas musicales que queremos tocar en cada caso son los que se llevan la palma, incluyendo opciones que incitan a jugar una y otra vez como los marcadores online.

Algo que nos ha encantado es que es posible crear temas musicales, y como viene siendo costumbre, no por el hecho de poder hacer nuevas composiciones uno mismo, más bien por poder descargar las de otros jugadores que ofrecen una enorme creatividad. Es cierto que la mayoría de temas creados que ofrecen un mayor nivel están enfocados a dificultades altas, pero también hay casos que podemos disfrutar desde primer momento. Especial emoción me hizo por ejemplo encontrar que un usuario había creado el tema Idol de Yoasobi, que quizás algunos conozcáis por ser el opening de la primera temporada de Oshi no Ko. Además de las creaciones de la comunidad, también existen paquetes con contenido extra que irán llegando para poder comprar.

En lo artístico nos encontramos un apartado muy cuidado. Existen escenas de vídeo que lucen realmente bien, así como los diálogos del modo historia están acompañados por escenas estáticas donde los personajes lucen con todo lujo de detalle diferentes emociones y reacciones a las conversaciones que acompañan. La representación de los enemigos conocidos del título original, ahora como notas musicales, también ha sido muy cuidado y es fácil identificar a todos ellos. En lo sonoro, poco más que comentar que no hayamos mencionado ya, quizás añadir que el título cuenta con un doblaje al inglés de un gran nivel.

CONCLUSIONES

Rift of the Necrodancer es sin lugar a dudas una de las grandes y más interesantes novedades de 2025 en cuanto a videojuegos musicales se refiere. La propuesta de Brace Yourself Games ya está disponible en Steam, así como el título está confirmado también próximamente para Nintendo Switch. Esperamos que también acabe siendo anunciado para más consolas. Si eres fan de Crypt of the Necodancer no puedes perderte esta aventura musical.

Copia digital proporcionada por Brace Yourself Games.





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