Análisis de The Siege and The Sandfox para PC – uVeJuegos.com


The Siege and the Sandfox es el título debut del estudio británico Cardboard Sword, que viene con el sello de PLAION. Se trata de un título un tanto sui generis, una suerte de metroidvania en 2D que hace especial énfasis en el sigilo y en el parkour, aún cuando las sensaciones generales son de metroidvania plataformero al uso. Salió el pasado 20 de mayo de 2025 para PC a través de Steam, Epic Games, GOG y Humble Store, con un precio súper competitivo de 14,99€, en caso de que quieras darle una oportunidad inmediatamente.

No obstante, sí que te aviso de que The Siege and the Sandfox tiene sus particularidades; sufre de una curva de dificultad pronunciada, y encima es un “stealthvania”, para que nos entendamos, una especie de hibridación todavía más compleja de géneros que combina mecánicas centrales de metroidvania clásico (perspectiva en 2D, backtracking, combate, exploración, power ups) pero con un enfoque que tira más por el sigilo. Es, en buena medida, una mezcla de dos mundos, el de antaño y el moderno, tal y como vemos en su apartado audiovisual, que tiene un rollito Prince of Persia clásico de 16 de bits pero con una profundización artística que emplea técnicas modernas de iluminación, texturizado, efectos ambientales, fondos y animaciones, por lo que se acerca al 2DHD de Octopath Traveller 2, mismamente, con una dirección de audio también realmente cuidada.

Un ascenso metroidvania con mucho sigilo y plataformeo

La trama se sitúa en Kariman, una ciudad desértica asediada por fuerzas enemigas. El protagonista, miembro del legendario linaje Kasha’i, es falsamente acusado de regicidio y luego arrojado a las profundidades insondables de las mazmorras del palacio capitalino. Desde allí deberemos ascender para revelar la verdad sobre el asesinato del rey y salvar al reino de una amenaza ancestral que tiene muchísimo de misticismo también. De ahí también se justifica el plataformeo duro del juego y su predilección por el parkour: al final estás ascendiendo casi desde el inframundo para poner las cosas en orden.

A nivel narrativo no te esperes mucho, puesto que casi todo lo que acontece es ambiental. Hay algunas escenas, sí, con mayor carga de ritmo y de revelaciones argumentales en determinados momentos de la partida, pero lo principal se encuentra en la exploración del entorno, donde se generan pequeñas interacciones con el mundo que dan una cierta sensación de inmersión: puertas abiertas, antorchas apagadas, enemigos que reaccionan a estas circunstancias… Lo típico en un juego de sigilo, por descontado, pero aplicado a una fórmula de metroidvania 2D, con sus virtudes y defectos intrínsecos.

A medio camino entre el metroidvania clásico y el sigilo

Algunas de esas mismas virtudes y asperezas tienen que ver con la fusión de géneros a las que se adscribe The Siege and the Sandfox; a caballo entre el sigilo y el metroidvania, con ese término tan chulo que es “stealthvania”, la ópera prima de Cardboard Sword fusiona mecánicas que a priori suenan antagónicas pero no lo son realmente. Tienes que evitar confrontaciones directas, empleando todas tus capacidades de exploración y navegación bidimensional, como sprints, saltos, deslizamientos, balanceos, etc., para ir avanzando por un mundo interconectado con picos de dificultad un tanto extraños, circunstancia negativa que puede traer problemas de ritmo y que hereda directamente de los metroidvania, por las limitaciones históricas a las que tuvo que enfrentarse y cómo terminó constituyéndolas como elementos nucleares de su bucle jugable… Pero también del sigilo indie, con ciertas fases que pueden hacerse cuesta arriba si no tienes paciencia o experiencia.

Como te decía antes, el sistema de inteligencia artificial reacciona a cambios sutiles en el entorno, como una antorcha apagada o una puerta entreabierta, lo que obliga al jugador a planificar cuidadosamente sus movimientos, normalmente sin carga de frustración, aunque a costa de cierta variedad. A The Siege and the Sandfox a veces le habría venido bien ser un poquito más ambicioso también en la parte combativa, implementando enfrentamientos directos pero con los pies en la tierra, por mucho que no sea la parte principal del título, si bien entiendo que los recursos eran limitados y el resultado final, aunque no perfecto, es muy resultón y bastante entretenido. La progresión se basa en la adquisición de nuevas habilidades y herramientas que permiten acceder a áreas previamente inaccesibles, en un ejercicio de backtracking clásico que ya todos conocemos de sobra.

CONCLUSIONES

En líneas generales, The Siege and the Sandfox ofrece una experiencia distintiva de Metroidvania y sigilo que combina elementos clásicos en el bucle jugable (2D, backtracking, power ups, dificultad elevada) con innovaciones modernas, sobre todo en la parte técnica, con un apartado gráfico que recuerda al 2DHD de Square Enix y su juego de nostalgia de 16 bits con iluminación y efectos vanguardistas. No es un videojuego perfecto, pero como debut es bastante clarividente. Muy recomendable si te gusta experimentar en el género o quieres probar un metroidvania con viraje hacia el sigilo.

Versión analizada en PC. Copia digital proporcionada por PLAION





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