Sin embargo, y trabajando desde las sombras Treyarch se ha reincorporado para, una vez más, salvar los muebles de Activision. Ya lo hizo con el primer Black Ops y el giro de rumbo de la campaña, más centrada en el espionaje y en las conspiraciones a gran escala y no tanto en estar en primera línea de combate. También lo hizo adaptando la franquicia a los tiempos modernos con Cold War y su primera incursión en el género battle royale que más adelante mutaría en lo que hoy conocemos como Warzone, que opera de manera independiente. Y, por supuesto, la inclusión del modo Zombis, un elemento que hoy consideramos imprescindible dentro del pack del Call of Duty anual.
No la tenía todas consigo Treyarch, pero Black Ops 6 no es solo el mejor Call of Duty de la era moderna, sino también una de las mejores entregas de una franquicia que celebra sus 30 años de trayectoria. Una entrega con una campaña completísima y variada, unos zombis de aroma clásico pero con nuevos añadidos que lo hacen todavía mejor y un modo multijugador que, pese a su gran inconveniente (ya os hablaremos de ello), es capaz de entusiasmar al público que Call of Duty perdió por el camino.
La campaña de Black Ops 6 es una de las que más variedad de situaciones ofrecen en toda la saga.
La campaña más completa y variada de la última década
Si algo ha caracterizado a Call of Duty ha sido su modo campaña, una de sus principales bazas para competir ante el resto de rivales. Por lo general, sus modos campañas se caracterizaban por una producción digna del mejor blockbuster de Hollywood con momentos tan memorables como divertidos. Por desgracia, en la última década Activision parecía empeñada en poner el listón cada vez más bajo, hasta el punto de que Black Ops 4 nunca contó con modo campaña. Por su parte, Infinity Ward tampoco apuntó muy alto, y la estructura de misiones de mundo abierto con tintes de battle royale no encajaron en absoluto con Modern Warfare 3. Es por eso que mis expectativas con la historia de Black Ops 6 no apuntaban mucho más alto. Sí, Cold War tenía sus momentos, pero no iba más allá. Afortunadamente estaba equivocado. Lo diré siendo tajante: la campaña de Black Ops 6 es la mejor de la era moderna, y por qué no decirlo, una de las mejores de toda la saga.
En esta ocasión, la campaña nos lleva hasta el año 1991, una vez más con el equipo de clásicos veteranos de la CIA como Troy Marshall o William Woods. Aquí, y durante una misión en el desierto de Irak, descubrimos la existencia del Panteón, un grupo armado que hasta ese momento había pasado desapercibido y que, al parecer, todas las pesquisas apuntan a que esta empresa está dirigada por miembros de altos cargos de la CIA y de las altas esferas de la sociedad. La historia es de lo más palomitera que ha podido ofrecer Call of Duty, ahí es nada. No obstante, y a diferencia de otras historias de la franquicia, esta es la más parecida a un juego de Tom Clancy.
Black Ops 6 justifica la inclusión de los zombis en el modo campaña con una impresionante misión inspirada en Bioshock y Control.
Más allá de todo lo palomitera y disfrutable que pueda ser la campaña, lo más fascinante es que Black Ops 6 propone una campaña con múltiples ideas y no hay una sola misión que se parezca a la anterior. De ahí a que no solo veamos momentos clarísimamente inspirados en películas como Ocean’s Eleven o Black Hawk Derribado, sino que también haya momentos para referenciar a juegos como Far Cry, Bioshock o Control. Cada misión propone algo totalmente distinto a la anterior, como pasar de estar dando un golpe a un casino compenetrándonos con nuestros compañeros a pasar a una zona totalmente onírica en la que intentamos adentrarnos en los recuerdos de un personaje amnésico.
Hay momentos absolutamente increíbles, como una misión en la que Treyarch aprovecha para incluir a las criaturas del modo zombis en la campaña en una sección que se juega como un Bioshock pero que se ve como Control, ya que nos movemos por un complejo de oficinas en un ambiente paranormal. Cómo no, también hay tiempo para esas persecuciones espectaculares por los suburbios de la ciudad, las infiltraciones en bases militares o la toma de una ciudad en ruinas que más adelante nos servirá como base de operaciones.
Hay elementos que chocan bastante, eso sí, y no hablamos de esas fases de recoger el botín del suelo como si fuese un battle royale y que Modern Warfare 3 implementó de manera desastrosa, que por haberlas las hay, pero están más esparcidas y mucho mejor llevadas. Hablo, por ejemplo, de un sistema en el que contamos con nuestra propia guarida y podemos mejorarla en los interludios para ganar distintas bonificaciones. Para mejorar la guarida tendremos que conseguir dinero, que es un recurso que aparece en forma de fajos en algunas misiones, o en alijos ocultos que podamos encontrar. Es un sistema muy, pero que muy forzado y que no termina de encajar en Call of Duty. El problema es que tampoco debemos ignorar los beneficios que ofrece, que van desde la posibilidad de llevar más blindaje hasta poder recargar más rápido o mitigar casi por completo el daño de explosiones.
Hay un buen puñado de modos en la vertiente multijugador, algunos tan queridos como Baja confirmada están de regreso.
Un multijugador divertidísimo y frenético, aunque con un diseño de mapas irregular
Aún con todo, sabemos que lo que más mueve al público de Call of Duty es el modo multijugador, y Black Ops 6 ofrece una experiencia completísima, aunque peca de un diseño de mapas muy irregular. En ese aspecto, Treyarch se limita a seguir los pasos del multijugador de Modern Warfare 3, que con sus más y sus menos, reintrodujo una serie de sistemas que quedaron en el olvido y lo hacían ciertamente disfrutable. Ahora, la introducción del movimiento omnidireccional cambia por completo las partidas, ya que podemos esprintar y saltar en todas las direcciones, tal y como se hace en Max Payne. Esto lleva a que adaptarse al desafío que supone cada enfrentamiento sea un auténtico problema, y es que el movimiento omnidireccional ofrece muchas posibilidades, pero la barrera que supone aprender a utilizar este movimiento no es para nada accesible para el jugador promedio.
El nuevo movimiento omnidireccional convierte cada partida en un auténtico frenesí durante los 10 minutos que puede llegar a durar la ronda. Cada tiroteo estará marcado por avatares deslizándose rápidamente por el escenario y disparando ráfagas contra todo lo que se mueva, o lo más atrevidos aprovechen para lanzarse entre coberturas y llevarse al enemigo por delante. La rápidez a la que podemos movernos por el escenario es inédita en la franquicia, y eso que si algo ha caracterizado a Call of Duty es de ser frenético. Pese a ello, el arsenal de armas es tan variado como equilibrado. Hay armas, sobre todo los fusiles de asalto, que están muy por encima del resto, y es cierto que los rifles de francotirador ya no son tan viables como en otras entregas, pero cualquier jugador se sentirá cómodo con su opción preferida, algo que parecia inviable en Modern Warfare 3.
El problema, y este es un error que Black Ops 6 arrastra desde su beta, es que el listado de mapas no es el más acertado. Hay algunos escenarios estupendos, como esa mansión por la que podemos colarnos en los pasadizos y sorprender al enemigo, pero no hay ningún mapa que se libre del problema de los puntos de reaparición y que son prácticamente injugables. No han sido pocas las veces en las que hemos reaparecido justo delante del enemigo para morir nuevamente al instante. A su favor juega que la reaparición es prácticamente instantánea y que la variedad de modos alivia este problema.
El modo zombis regresa a su vertiente clásica, tan divertida como lo recordabas
El modo zombis ha regresado, pero alejándose de la fórmula de Modern Warfare 3. La idea de Infinity Ward con los no-muertos fue implementar este sistema en un escenario de mundo abierto al más puro estilo DMZ en el escenario de Urzikstan (el de Warzone, vaya). No había una base como tal, tampoco un sistema de oleadas o compleción de easter eggs tal y como se hacía hasta ese entonces. En cambio, el jugador tenía la total libertad para moverse por el escenario, recoger el botín dispuesto y completar misiones para acceder a las mejores momentáneas. Era una fórmula que no se había visto en la saga, pero la idea no cuajó y la comunidad acabó muy decepcionada. Por su parte, Treyarch ha vuelto a los orígenes, con escenarios mucho más pequeños que empiezan cerrados pero que los jugadores pueden abrir progresivamente a medida que avanzan las rondas.
Antes de iniciar la partida, se nos da la posibilidad de configurar el equipamiento base que llevaremos con nosotros, incluyendo una habilidad activa. A partir de ahí, hay que avanzar las rondas acabando con los monstruos, con las criaturas élite que van apareciendo y mejorando armas y obteniendo mejoras en forma de los típicos refrescos que ya conocemos o los chicles de las máquinas dispensadoras, que ofrecen también mejoras temporales o la obtención de un recurso puntual que nos pueda beneficiar (la activación de un escudo instantáneo o poder disparar sin recargar son algunas de las bonificaciones). A medida que la partida avanza, puntualmente se nos abre la ventana de oportunidad para extraer. Esta es una de las novedades que Treyarch ha recogido de la esencia de Modern Warfare 3. No obstante, esto es algo totalmente opcional y más allá de la experiencia que nos pueda otorgar, solo ofrece una obtención extra de chicles que podremos llevar con nosotros a la siguiente partida.
El modo zombis tiene el sabor añejo que tanto gusta, aunque con novedades heredadas del modo que pudimos jugar en Modern Warfare 3.
En el momento de escribir estas líneas, el modo zombi de Black Ops 6 cuenta únicamente con dos mapas: Liberty Falls y Terminus. El primero está ambientado en una localización de Virginia en el año 1991. Allí, una brecha interdimensional se ha abierto y a nosotros nos toca descubrir qué está pasando. Este mapa supone, entre otras cosas, el regreso del arma Jet Gun (que debutó en TranZit de Black Ops 6), del monstruo Abominación o de la introducción de Aetherella, una nueva trampa que podremos desbloquear temporalmente como parte de un easter egg en Liberty Falls y que nos permite transformarnos en una heroína (parodiando a The Boys, eso sí) y lanzar rayos que aniquilan a cualquier enemigo de un plumazo. Por su parte, Terminus nos lleva hasta una prisión clandestina en el mar de Filipinas. Allí, los agentes de Requiem fueron encarcelados, y aunque escaparon, nos toca volver para seguir el rastro de Edward Richtofen, otro de los personajes clave en la historia del modo zombis y el principal responsable de lo que ocurrió en Terminus.
Pese a todas las bondades que ofrece el modo zombis, no es menos cierto que vuelve a recaer en el problema del diseño de mapas, especialmente si miramos a Liberty Falls. Este escenario es, por si fuese necesario aclararlo, un recorte del modo multijugador. Se puede apreciar porque es el mapa que menos inspirado está de cualquier vertiente zombi de Call of Duty, tampoco transmite esa sensación de terror y suspense que, por ejemplo, sí transmite Terminus, que sí es un mapa diseñado específicamente para este modo. No obstante, merece la pena resaltar que Black Ops 6 acaba de llegar a las tiendas y que aún queda un año por delante hasta la próxima entrega, por lo que es prácticamente una certeza que veremos varios mapas nuevos en los próximos meses.
CONCLUSIÓN
Ahora sí, y tras haber dejado atrás la decepción y el mal sabor de boca que dejó la trilogía de Modern Warfare, este Call of Duty: Black Ops 6 es una de las mejores entregas de la última década. El heredero de Cold War ha puesto toda la carne en el asador, ofreciendo una campaña variadísima y divertidísima de principio a fin. Un buen ejemplo de que Call of Duty todavía puede impresionar con sus historias. Del modo multijugador y zombis no tenemos quejas, más allá de que el diseño de mapas podría ser mejor, pero esto todavía no ha terminado y en los próximos meses Activision nutrirá al juego de nuevo contenido, y esperemos que estos añadidos siempre sean hacia ofrecer una mejor experiencia.
Jugado en PlayStation 5. Copia digital proporcionada por HKS Strategies.