Conexión Fraternal para Switch – uVeJuegos.com


Si algo nos ha demostrado Mario a lo largo de su trayectoria es que no tiene ningún reparo en apuntarse a un bombardeo. La cara visible de Nintendo nos ha dejado con un sinfín de aventuras para el recuerdo, y en su haber cuenta con algunos de los RPG más disfrutones de las últimas décadas. El primero, aquel Super Mario RPG publicado en 1996 para SNES por una Square Enix en su momento más dulce. Más tarde, y ante la negativa de Square de trabajar en una continuación, Nintendo se sacó de la manga Paper Mario, un juego que claramente se inspiró en la aventura de 1996 y que, además, fue clave en el desarrollo de Mario & Luigi: Superstar Saga, el clásico de GameBoy Advance que para muchos, entre los que me incluyo, fue una de las grandes aventuras del catálogo de la portátil.

La serie de Mario & Luigi replicaría su éxito en futuras entregas, aunque no sería hasta el salto a Nintendo 3DS cuando caería en el olvido. En 2017, con Nintendo Switch ya en el mercado, AlphaDream recuperó Superstar Saga en forma de remake para una Nintendo 3DS que ya daba sus últimos coletazos. El título pasó sin pena ni gloria, aunque no sería hasta 2019 cuando la serie se despediría con una última entrega que acabó con AlphaDream cerrando sus puertas.

Ahora, y tras muchos años de descanso, Mario & Luigi vuelven a lanzarse a la aventura con Conexión Fraternal, una de las entregas más bonitas, divertidas y más ingeniosas de la serie. Un juego verdaderamente excepcional que lo demuestra cuando se pasan las horas y no nos damos cuenta. Un ejemplo perfecto de cómo Mario & Luigi mantienen su esencia al mismo tiempo que se reinventa en cada apartado. Detrás de una de las últimas joyas de Nintendo Switch antes de la llegada de su sucesora se encuentra Acquire, estudio conocido por títulos como Octopath Traveler.

El caos azota una vez más el Reino Champiñón cuando un portal aparece de la nada y transporta a Mario y a Luigi hasta Concordia, un mundo que ha quedado fragmentado en un montón de islas dispersas tras un cataclismo. El continente dependía del Conectárbol y su poder, pero ahora cada isla se ha perdido en las corrientes del mar y los monstruos campan ahora a sus anchas. Nuestra tarea no será otra que navegar con nuestra isla-barco (cumple ambas funciones) y surcar los mares para reconectar todas las islas. Para ello, nos moveremos por un mapeado enorme aprovechando las corrientes que se abren por el mapa y que desbloquearemos a medida que exploremos el océano. El desarrollo es prácticamente lineal en su totalidad, aunque en ocasiones nos darán la posibilidad de ir a una isla antes que a otra.

De este modo, nos movemos sobre raíles a través de las corrientes que nos empujan a descubrir peñones (un tipo de coleccionable) o islotes en los que desembarcar y encontrar tesoros, aunque principalmente lo haremos para descubrir nuevas islas, que son fundamentales para avanzar en la historia. Hay un buen puñado de islas y todas son distintas entre sí, cambiando por completo la ambientación, ya sea selvática o desértica (entre muchos otros biomas), y variando las mecánicas de juego y el planteamiento de cada jefe. El objetivo en cada una de estas islas es alcanzar su faro y reconectarlo para devolver a Concordia a su estado original y para que todas las islas vuelvan a están conectadas entre sí. Por supuesto, no será una tarea sencilla y cada faro requiere de la resolución de un desafío para llegar hasta él. En ocasiones en forma de puzzles muy creativos, mientras que algunos se centran en el puro plataformeo.

Una de las mejores cualidades de este Mario & Luigi: Conexión Fraternal es su apabullante variedad de islas, cada una con sus propias problemáticas y narrativas. Por ejemplo, en una de ellas encontramos una recreación de Romeo y Julieta, que se ven envueltos en un conflicto local y todo apunta a que ellos son los culpables, pero en una trama totalmente detectivesca nosotros debemos esclarecer la verdad entrevistando a los locales y buscando pistas para apuntar al verdadero sospechoso. Otra cosa muy sorprendente de cada una de las islas es que pese a su tamaño, no tan grandes como te podrías imaginar, se hace un especial énfasis en la exploración, hasta el punto de que incita a volver más adelante con nuevos poderes para continuar por caminos a los que no podíamos acceder durante nuestra primera visita.

Por supuesto, Mario y Luigi van de la mano en todo momento. En Conexión Fraternal controlamos únicamente a Mario con el stick, pero Luigi nos sigue allá donde vamos. Para superar los desafíos debemos compenetrarnos con el otro, a veces en compañía y otras separados, haciendo uso de los botones A y B para manejar a cada uno de ellos. Aquí entran en juego las habilidades que aprendemos progresivamente. Algunas ya las habréis podido ver en los tráilers, como el platillo volante que forman los dos hermanos con el que podemos sortear obstáculos en el aire, pero también la bola para colarnos por agujeros estrechos y acceder a nuevas áreas. Su uso está reducido a las secciones de exploración, pero es un recurso imprescindible a la hora de explorar y te permiten hacer más backtracking y revisitar islas que habías dejado incompletas.

Este sistema se traslada también al de combate, uno muy sencillito y familiar, pero con sus capas de complejidad que nos permiten exprimir al máximo todo lo que tiene que ofrecer. El combate es el clásico sistema por turnos de la serie, pero que no se limita a activar comandos y ya está, sino que debemos pulsar los botones en el momento oportuno para maximizar el daño o para esquivar los ataques del enemigo. Sin embargo, la evolución más importante de Conexión Fraternal respecto al resto de entregas de la serie es que en esta ocasión los enemigos cuentan con una enorme variedad de pautas de comportamiento, logrando que predecir sus movimientos sea un auténtico desafío de reflejos. Los enemigos son muy variados, y todos ellos se encargan de que a la hora de atacar su patrón de movimientos sea totalmente impredecible. Por ejemplo, pueden variar la velocidad a la que actúan, cambiar rápidamente de objetivo o confundirte cambiando su patrón justo antes de atacar para pillarte por sorpresa.

Por supuesto, esto eleva la dificultad, pero la aventura nos arroja varias herramientas para lidiar con esto. Una de las características más importantes es la inclusión de los “ataques tándem”, que no es otra cosa que Mario y Luigi uniendo fuerzas en un minijuego que desembocará en un potentísimo ataque especial. La inclusión de estos ataques tarda en llegar, pero progresivamente se añaden nuevas técnicas, aunque considero que lo hace a un ritmo muy paulatino, pero cuando los tienes todos y puedes elegir entre un abanico de opciones en función del combate se siente muy gratificante. Muchos de ellos, por no decir prácticamente todos, vienen acompañados de una animación especial. Por ejemplo, un increíble disparo de chilena a un caparazón por parte de Mario o una aparición divertidísima de Yoshi que remata su ataque con un golpe en área. Y luego están las ocurriencias de Luigi, una mecánica que se activa en los jefes y que logra que cada uno de ellos se sienta distinto. En algunos turnos específicos, Luigi tendrá una idea para aturdir al jefe, por lo general relacionado con un elemento que podemos ver en el escenario. Así pues, cuando Luigi haya detectado los puntos débiles activaremos un minijuego que, en caso de completarlo correctamente, aturdirá al jefazo durante unos cuantos turnos.

Furbo.

Sin embargo, y pese a todo lo dicho antes, la novedad más importante de esta aventura son las clavijas. Como ya os habéis imaginado, todo lo relacionado con la historia tiene que ver con reconectar el mundo de Concordia, pero no solo el archipiélago, sino también a sus habitantes, a su fauna y, por supuesto, a los hermanos fontaneros. Para ellos hay reservada una característica en forma de una regleta a la que podemos conectar clavijas que nos darán bonus extra en combate. El número de regletas es variable, y se va ampliando progresivamente según avanzamos en la historia. Para crear estas clavijas necesitamos alumiel, un recurso que aparece en todas las islas e islotes de Concordia, una especie de seres de luz que debemos sacar de sus escondites y atraparlos. Las clavijas, al contrario de lo que pueda parecer, no se limitan a ser un accesorio más, sino que son importantísimas para prosperar en combate, y saber combinar sus cualidades nos brinda una ventaja enorme.

La variedad de clavijas es enorme, ya sea para ayudarnos en la faceta ofensiva como la defensiva, o echándonos un cable para contraatacar, permitiéndonos flotar en el aire durante el salto o que nuestro martillo aumente su tamaño. Este sistema de clavijas no solo es indispensable para superar la aventura, sino que es una forma en la que el juego te garantiza que siempre superarás un jefe si estás atascado. Al respecto, Conexión Fraternal cuenta con un sistema de ayuda que detecta si nos hemos quedado atascados en un combate, independientemente de si es un enemigo común o un jefe. Si el juego comprueba que estamos sufriendo, nos ofrecerá una mejora considerable de estadísticas para Mario y Luigi. La elección es a cuenta del jugador, por lo que no es una imposición. Es una idea muy acertada porque los veteranos seguirán disfrutando de los picos de dificultad a los que acostumbra la serie mientras que su nuevo público podrá disfrutarlo sin mayores inconvenientes.

La duración de la aventura oscila entre las 20 y 30 horas si nos ceñimos al contenido principal, aunque puede extenderse hasta las más de 40 si decidimos completar todo lo que Concordia tiene para ofrecernos. Hay un buen puñado de misiones secundarias, algunas de ellas centradas en personajes icónicos de la franquicia, mientras que otras están centradas en expandir este nuevo universo. También incorpora un sistema de logros interno, muchos de los cuales están centrados para el jugador completista, mientras que otros se completan sobre la marcha mientras combatimos y lanzamos todo tipo de ataques.

Mi experiencia de juego ha estado centrada en el completismo y he llegado a las últimas islas con más de 40 horas de juego, algunas misiones secundarias todavía por completar y el 50% de logros desbloqueado. He de decir que no se me ha hecho pesado en ningún momento, y es que Conexión Fraternal acierta notablemente con el backtracking, los puntos de viaje rápido y su forma de facilitar la compleción de tareas secundarias. No obstante, el precio a pagar es un prólogo que se alarga alrededor de 10 horas y que es incuestionablemente su talón de Aquiles. No os dejéis engañar por su arranque torpe y lento, porque una vez superado ese trámite, es un juego que solo va hacia arriba.

En el apartado audiovisual, creo que no se podría haber hecho mejor. El gran acierto de Acquire ha sido recuperar la identidad y atractivo de las portadas de Mario & Luigi y ponerlo en movimiento en Nintendo Switch, y les ha quedado un resultado fantástico. Esa combinación de expresiones exageradas en unos entornos plagados de detalles con colores vivos le sienta de maravilla al juego. Lo que más he disfrutado han sido las animaciones de Mario y de Luigi, el cómo se mueven y sus reacciones a todo lo que les rodea. Cuesta no arrancar una risa con las expresiones de Luigi cuando aparece un chascarrillo por su papel denostado. Lo que es innegable es que cada nivel cuenta con un nivel de mimo y detalle del que pocos juegos pueden presumir.

CONCLUSIÓN

Mario & Luigi: Conexión Fraternal no solo se coloca como el digno sucesor del legado de AlphaDream y una de las mejores entregas de la serie, sino también en un divertidísimo RPG que se vale por sí mismo para que lo consideremos uno de los mejores de este año. La aventura es como una puerta giratoria en la que todos los caminos llevan a una diversión constante. La historia no es nada del otro mundo y a la aventura le cuesta arrancar, pero lo que nos atrapa es un sistema de combate rítmico con un punto de desafío que le sienta realmente bien. No está entre lo mejor del catálogo de Nintendo Switch, pero sí es un juego que no te puedes perder.

Copia digital proporcionada por Nintendo.





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