Deliverance II para PS5 – uVeJuegos.com


En 2018 tuvimos un buen puñado de lanzamientos de la talla de Red Dead Redemption 2, God of War o Monster Hunter: World, y aún con todo un pequeño estudio con sede en Praga logró copar las portadas en un año tan complicado para una propuesta tan peculiar. Polémicas a un lado, Kingdom Come Deliverance era, y sigue siendo, un juego tan especial como único. Una suerte de simulador medieval en el que podíamos perdernos en un vasto mundo, tan visualmente bello como profundo en su planteamiento, pero cuyo motor gráfico, problemas de rendimiento y la tosquedad de algunos de sus sistemas le jugaron una mala pasada.

Sin embargo, Kingdom Come Deliverance fue un éxito pese a todos los incovenientes, que no fueron pocos. Hablamos, claro, de una generalizada falta de interés por conocer la Edad Media centroeuropea, la falta de una editora que apoyase el proyecto, un tropezón en Kickstarter o lo confunso que se sentían sus sistemas y la difícil barrera de entrada para cualquier jugador que se acercaba al proyecto esperando un equivalente a lo que propone Bethesda con sus The Elder Scrolls.

Nos encontramos en este punto, siete años después, diciendo sin ningún temor a que Kingdom Come Deliverance 2 es un firme candidato a Mejor Juego del Año. No lo será, a priori, porque la lista de candidatos como Death Stranding 2: On the Beach, Grand Theft Auto VI o Metroid Prime 4 van a ponerle las cosas muy difíciles, pero está haciendo méritos para salir en la foto final. Warhorse Studios ha logrado lo que parecía impensable: Kingdom Come Deliverance 2 es una continuación que mantiene todo lo que tenía el primer juego, que no se deja absolutamente nada, pero que refina la fórmula como no lo podíamos imaginar y que esfuerza en mejorar todos los aspectos que se habían quedado obsoletos de la primera entrega.

La historia nos vuelve a poner en las botas de Henry, el protagonista de la primera aventura, que en esta ocasión se encuentra junto a Hans Capon y sus compañeros en un viaje aparentemente tranquilo en el que deben entregar una importante misiva. Evidentemente, las cosas no pueden ser tan sencillas y el viaje se complica más de lo esperado, viéndose Henry forzado a coger sus bártulos, o lo que queda de ellos, y empezar de cero. De esta manera, un tanto forzada, eso sí, el juego nos vuelve a poner en la tesitura de empezar sin equipamiento o estadísticas ya aumentadas.

No obstante, y aunque Kingdom Come Deliverance 2 hace todo lo posible para resumir los hechos de la primera entrega, por no hablar del tráiler publicado por el estudio repasando su historia, esta continuación se disfruta mucho más tras haber jugado a la primera entrega y haber conectado con Henry. Sin embargo, y especialmente para aquellos que están más interesados en esta entrega, me atrevería a decir que con el paso de las horas es inevitable empatizar con Henry y el resto de sus compañeros de aventuras.

A su favor juega un mejor llevado desarrollo de los acontecimientos, haciendo especial énfasis en cómo nos movemos por Bohemia. La introducción, que se alarga a lo largo de varias horas, es un desarrollo totalmente lineal en el que Warhorse empuja al jugador para que aprenda todas las dinámicas: el sigilo, la negociación, compleción de tareas secundarias, la forja, la alquimia… Son muchos sistemas y puede llegar a ser abrumador. Esta falta de libertad durante los primeros compases de la aventura es su punto en contra, porque una vez nos movemos por Bohemia, el listón sube enormemente.

Lo cierto es que no se nos caen los anillos al afirmar que Kingdom Come Deliverance 2 tiene uno de los mejores mundos que hemos visto en los últimos años. Las comparaciones son odiosas, pero Warhorse puede presumir de estar a la altura del trabajo de Rockstar en Red Dead Redemption 2. No es moco de pavo. Bohemia no es solo un terreno idílico y grande, también es denso. El escenario está rodeado de bosques, los cuales son, por cierto, los más bellos que hemos visto en un juego de mundo abierto. Son escenarios realmente frondosos y están cargados de detalles y cuidados hasta el extremo. La distancia de dibujado le favorece enormemente, cuando en la primera entrega era uno de sus puntos débiles.

Tampoco se quedan atrás las áreas urbanas, especiable los pequeños pueblos en los que la vida sigue su curso y se ven azotados por los distintos conflictos bélicos. Es inevitable sacar a relucir una vez más el realismo extremo al que llega Kingdom Come Deliverance 2 cuando nos bañamos en en el día a día de estos pueblos. Podemos formar parte de prácticamente cualquier conversación que se esté dando entre los habitantes, siendo activos en la charla o limitándonos a escuchar y captar información de interés. Podemos ver al herrero trabajar en forja durante horas hasta que caiga la noche y podamos seguir su trayecto hasta su hogar. Son cientos de acciones que ocurren de manera natural y que no están forzadas por el desarrollo.

La sensación es que nada ocurre de manera forzada, sino que todo fluye de manera orgánica. El desarrollo es tan natural que no se nos ocurre otro RPG que haga algo similar. Hablamos de, por ejemplo, estar en una taberna tomando algo tranquilamente y que una reyerta nos lleve hasta un NPC que ha aparecido de la nada y nos entregue una misión en la que debemos frenar a unos bandidos para, más adelante, terminar visitando un castillo. Son misiones que están ahí, que incluso si sabemos dónde están podemos forzar su aparición, pero esa primera vez explorando por nuestra cuenta y descubriendo esos detalles de manera orgánica hacen de Kingdom Come Deliverance 2 un juego tan especial.

Afortunadamente, Warhorse ha tomado nota de algunos de los problemas que tuvo Kingdom Come Deliverance y ahora podemos decir adiós definitivamente a las misiones de recadero. Siguen presente, en cierta medida, pero ya no se limitan a simplemente llevarnos al campamento de bandidos más cercano, despejarlo y recibir la recompensa correspondiente. Ahora todo es mucho más complejo. Podemos llegar a dicho campamento y descubrir que su líder era el mismo lugareño al que ayudamos a zafarse de una pelea en la taberna. ¿Ayudamos a este bandido al tratarse de alguien que nos cayó bien en nuestro primer encuentro o acabamos con él para cobrar una recompensa? Todo tiene un por qué y cada decisión tiene sus pros y sus contras, pero siempre hay más de una manera de hacer las cosas y a juzgar por lo que he jugado, tampoco hay una decisión más acertada que la otra.

Sin embargo, encuentro en su sistema de combate la barrera más complicada de sortear. Si no te gustó esa tosquedad que imperaba en el sistema de la primera entrega, déjame decirte que nada ha cambiado. Si funciona, ¿para qué tocarlo? Realmente sigue manteniendo ese tono realista en el que cada impacto se percibe por la lentitud de los golpes. Una espada de dos manos se maneja más difícil que una más pequeña, mientras que el peso de nuestra armadura determinará cómo de ágiles somos y el tiempo que necesitamos para recuperar la energía. No obstante, sí he de decir que los bloqueos y los movimientos de esquiva son mucho más intuitivos que en la primera entrega. Estas mejoras en forma de calidad de vida no lo convierten en un mejor juego de acción, pero sí se agradece en situaciones en las que nos vemos superados en número.

Este realismo tan extremo se aplica también a las armas a larga distancia. Disparar con el arco todavía requiere de una precisión quirúrgica, por no hablar de las ballestas y la recarga de virotes, que fácilmente nos cuesta cerca de cinco segundos en colocar la ballesta en el suelo, colocar el virote y estar preparado para disparar. La novedad es que por primera vez contaremos con armas de fuego, pero no te preocupes, este añadido no convierte a Kingdom Come: Deliverance 2 en un shooter. Se tarda mucho en cargar el arma, prender la mecha y disparar, por lo que nos puede ser útil para asegurar la primera muerte en combate desde la lejanía, pero utilizarla varias veces en combate es exponernos fácilmente a los enemigos.

A nivel audiovisual Kingdom Come Deliverance 2 es una auténtica maravila. Lo hemos jugado en PlayStation 5 y defectos típicos de juego de mundo abierto a un lado, el juego luce increíble. Desde los paisajes de Bohemia hasta las iglesias y catedrales, pasando por Kutná Hora, que firma uno de los mejores momentos de la aventura cuando cruzamos las murallas de esta ciudad minera y vemos un pedacito de la iglesia de Santa Bárbara cuando todavía estaba en construcción. El juego rinde bien y de manera sólida, aunque al jugarlo en modo Calidad he sentido que en ocasiones bajaba de las 30 imágenes por segundo. En modo Rendimiento se ve y se juega mucho mejor, a excepción de un par de fallos en forma de parpadeos en la iluminación y algunos personajes que reaccionan de una manera un tanto extraña cuando el foco de luz está en ellos. Nada que no se pueda solventar con una actualización.

La banda sonora lleva la firma de Jan Valta, que repite tras su trabajo en la primera entrega. Las piezas musicales tienen un nivel altísimo (el tema principal, Saint Barbara, es simplemente increíble), pero es que el doblaje al español en un juego con tantísimo texto es para lanzar más de un aplauso al estudio y su editora. Las voces en español están muy logradas, especialmente en los personajes más relevantes, aunque algún personaje secundario deja un poco que desear. Nada molesto, eso sí. Tanto la traducción como el doblaje están acertadísimos.

CONCLUSIÓN

Kingdom Come Deliverance 2 es un juego tan especial y peculiar como único. Puede presumir de jugar en la misma liga que otros RPG europeos que han copado las portadas en la última década como The Witcher 3 y Baldur’s Gate 3. Es un juego que mantiene la esencia de los clásicos RPG de mundo abierto y que puede ser tan o más divertido que muchos de los juegos en los que puedes estar pensando, pero es también muy diferente por su aproximación al género y en ese atípico énfasis en el realismo.

No es un juego perfecto, pero es redondo. Todo lo que se propone lo hace bien, y lo que no, está muy cerca de hacerlo. Tiene sus defectos típicos de un juego de mundo abierto que afectan un poco a la valoración final, pero sus cualidades brillan por encima de todo lo demás y no me cabe la menor duda de que gustará a todos aquellos que disfrutaron de la primera entrega y a quienes prueben a adentrarse por primera vez al Reino de Bohemia. Un claro candidato a estar en las listas de Mejor Juego del Año.

Jugado en PlayStation 5. Copia digital proporcionada por Plaion.





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