Por eso, y porque al final es uno de mis videojuegos favoritos, me pareció una noticia fantástica que existiera un libro como Memorias de Yharnam: Susurros de la ciudad maldita; es decir, una obra de divulgación que fuera más allá de los contenidos puramente mecánicos del título y que se centrara en su historia y en su particular narrativa. Me ha sorprendido más todavía, debo decir, que Memorias de Yharnam es tan, tan bueno que no puedo sino considerarlo una lectura esencial para todo fan de Bloodborne, de Hidetaka Miyazaki, o de los videojuegos con narrativa fragmentada en general. El libro, escrito por Lola Fernández, ilustrado por Isa Fernández, Álvaro Jiménez y J. Giner, y publicado por GTM Ediciones, viene a hacer las veces de “códice”, como bien apuntan los autores en la edición limitada “El códice del cazador”, de todos los sucesos que vertebran el universo de Bloodborne, presentados de manera cronológica y con unas labores de investigación detrás que son para quitarse el sombrero.
Memorias de Yharnam: Susurros de la ciudad maldita, un libro de diez sobre un videojuego de diez
Lo exhaustivo del libro lo podemos comprobar ya directamente en el índice, que comprende cuatro grandes apartados: el primero, denominado “Pthumeru y los grandes”, que, como es lógico, se centra en las bases conocidas de la civilización homónima, haciendo hincapié en su auge y caída, y en su posterior influencia en los acontecimientos venideros; el segundo, “La demencia del conocimiento”, que profundiza en las organizaciones científico-eclesiásticas que surgen alrededor del descubrimiento de la existencia de los Grandes y de la utilización de la Vieja Sangre (probablemente el más importante para entender exactamente qué demonios está pasando en Bloodborne y por qué); el tercero, “La caída de Yharnam”, cuyo nombre ya es lo suficientemente revelador, pero que además trata cuestiones relativas a todo cuanto tiene lugar en la ciudad maldita y sus inmediaciones; y el cuarto, “Un nuevo despertar”, que comprende los hechos que tienen lugar en la aventura de Bloodborne propiamente dicha, es decir, que tienen que ver con lo que el jugador experimenta de manera más o menos directa.
Es precisamente la organización del contenido, unida a la sensacional prosa de Lola Fernández, tan precisa como extrañamente evocadora del mundo sobre el que escribe, lo que le da a Memorias de Yharnam esa sensación de estar leyendo un manuscrito prohibido que te desliza conocimientos que están ahí, en el propio videojuego, pero que están hasta cierto punto vedados a los sentidos. En líneas generales, no me parece únicamente un texto de consulta rápida, esto es, destinado a solventar dudas puntuales que puedan surgir durante una partida de Bloodborne, sino también uno de esos libros que da gusto devorar página a página y que te mantienen en tensión, atando cabos entre lo que lees y lo que viste en tus desventuras por Yharnam. Ayuda muchísimo también una gran labor de ilustración por parte de los tres artistas implicados (Isa Fernández, Álvaro Jiménez y J. Giner), cuyas imágenes capturan de maravilla la estética y el tono de Bloodborne para acompañar a los múltiples textos que adornan las páginas, que son las grandes estrellas de la función.
Finalmente, el encuadernado, la calidad del papel, la nitidez de la impresión y, en definitiva, todos los elementos más físicos de la obra están a un grandísimo nivel también, algo a lo que ya nos tiene acostumbrados GTM Ediciones desde hace bastante tiempo. Hablando en concreto de la edición limitada, que es a la que he tenido acceso, me ha encantado el detalle de la chapita de la Torre del Reloj Astral, tanto por sus implicaciones en la historia del juego (Lady Maria, la Iglesia de la Sanación…) como por su calidad material. Las ilustraciones adicionales también son preciosas, hasta el punto de que dan ganas de enmarcarlas.
CONCLUSIONES
Aun sin tener la licencia oficial de From Software, Memorias de Yharnam: Susurros de la ciudad maldita está escrito con tanta precisión, y atesora unas labores heurísticas tan sinceras y esclarecedoras, que ya solo por eso sería complicado no recomendárselo a todo el mundo. Lola Fernández tiene muchísimo acierto a la hora de escribir sobre Bloodborne, utilizando un lenguaje muy, muy cuidado y dejando claro en todo momento dónde empiezan las elucubraciones (por otro lado enteramente necesarias y naturales, dado el contenido de la propia obra original) y dónde terminan las certezas (que componen, a grandes rasgos, más del 90% del texto), lo cual, unido a un gran trabajo pictórico por parte de Isa Fernández, Álvaro Jiménez y J. Giner como ilustradores, y a una sensacional encuadernación que cuida al máximo los detalles, dan lugar a un libro que es un tesoro en la colección de cualquier fan de los videojuegos y que está a la altura del legado de Bloodborne. De lo mejor hasta ahora de GTM Ediciones, y teniendo en cuenta la calidad que siempre suelen tener sus trabajos, eso no es precisamente poco decir.
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